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LOS GENERADORES DE IMPULSOS Y LOS PERROS

POR

PASCUALBORONAT@hotmail.com

 

 

INTRODUCCIÓN.

Las aplicaciones de la electricidad como elemento condicionante aversivo, en la educación y adiestramiento de perros son conocidas de antaño. Su eficacia, frente a otras técnicas, por ejemplo, la de utilización de productos químicos es muy superior, como demostraron Rachman y Teasdale en 1969. Los estudiosos del comportamiento animal desde Skinner a León F. Wthiney las han utilizado en casos concretos analizando sus pros y contras.

De los primeros aparatos, de los años 30, a la actualidad, la electrónica ha realizado importantes avances. Los modernos dispositivos pueden ser regulables, permitiendo a trabajo con el perro más acorde con nuestras necesidades.

En la actualidad los dispositivos eléctricos que se utilizan son sido esencialmente de tres tipos:

  1. Los que funcionan vía radio: El guía activa un emisor que envía una señal al receptor que el perro lleva colocado por lo general en el cuello que activa un generador que produce un impulso eléctrico regulable en intensidad. Se utiliza en el trabajo deportivo y en modificación de conductas.

    O el generador es activado por el propio perro, mediante el ladrido o por pasar por una barrera electrónica, auto produciéndose la activación del receptor dispuesto en el cuello. Se utiliza en modificación de conductas.

  2. Los que funcionan con hilos: que aplican un impulso eléctrico en la parte del cuerpo del perro que establece el contacto físico sin la presencia del guía. Se utiliza como valla eléctrica o pastor eléctrico.

  3. Los que funcionan con hilos que se activa a voluntad del dueño o de forma autónoma, sin presencia del hombre, según nuestra conveniencia o aplicación requerida. El impulso lo proporciona el objeto tocado: ya sea por la activación del dueño en el instante adecuado o por estar el objeto conectado permanentemente, sin estar presente el dueño, según la conveniencia. Se utiliza como valla eléctrica, modificación de conductas y algunos trabajos deportivos.

 

GENERALIDADES.

Cada uno de los dispositivos descritos presenta sus ventajas e inconvenientes, pero para su correcto uso hace falta unos conocimientos muy concretos.

Los dispositivos vía radio usados en trabajo deportivo, pretenden que el perro aprenda a evitar el impulso eléctrico ejecutando una determinada acción, u orden de su guía, con mayor rapidez y sin posibles desobediencias, pero el perro ha sido enseñado previamente por medios convencionales a realizar los ejercicios. En la modificación de conductas se pretende penalizar a distancia determinadas acciones indeseables del perro, con la idea de que el perro aprenda a que si realiza tal o cual acto sufrirá un impulso eléctrico en su cuello. Conceptos que a primera vista parecen fáciles de asimilar y aplicar, requieren en realidad unos notorios conocimientos del comportamiento canino, adquiribles a través de cursos o seminarios, y con la experiencia, aciertos y errores.

Los dispositivos con hilos para valla no requieren conocimientos de la conducta canina, se instalan y el perro aprende solo e inmediatamente, al igual que el ganado.

Los dispositivos con hilos activables por el dueño, requieren dobles conocimientos unos técnicos, como realizar la instalación y construir los periféricos, y otros de conducta canina, cuándo activar el dispositivo

 

¿CÓMO FUNCIONA UN GENERADOR DE IMPULSOS?

La información técnica más básica, es indicar que dichos dispositivos trabajan con alta tensión unos 5.000 voltios. No hay que asustarse porque el alto voltaje, sólo quema, y en el caso de ser un impulso de muy breve duración, la sensación es la de un pinchazo. Lo que mata o puede hacer daño físico es la potencia suministrada. La potencia es igual al voltaje por la intensidad, si el dispositivo trabaja a 5.000 voltios y el amperaje es de 10 mili amperios la potencia entregada es ridícula ya que son 50 vatios. Por tener una referencia, la luz domestica funciona a 230V por 16 Amperios que son 3.520 vatios.

Además, la corriente de los dispositivos es pulsante con ritmo regulable, en algunos dispositivos, por lo que no te puedes quedar "pegado". En resumen que no ofrece riesgos, pero es desagradable y produce contracción muscular, como los dispositivos de gimnasia pasiva que se utilizan para musculación, pudiéndose regular la potencia desde un simple cosquilleo a una fuerte contracción muscular, más bien producida por la sorpresa y/o naturaleza del can, que por el dolor real.

 

USO DE LOS DISPOSITIVOS VIA RADIO.

El dispositivo se coloca en el perro en la zona del cuerpo que queremos actuar, por lo general en el cuello para la modificación de conductas, con un nivel de potencia medio, ya que el castigo no puede ser gradual para evitar que el perro se habitúe. En el trabajo con perros deportivos se sitúa en distintas partes del cuerpo del perro, en el tren trasero para realizar el Sitz, pero con un nivel bajo de potencia para evitar que el can se asuste. Algunos profesionales recomiendan que el usuario también se coloque otro receptor en su propio brazo, para que controle sus ganas de darle al botón de mando, sin ton ni son. No hace falta tener conocimientos sobre electricidad, solo tener en cuenta que el perro recibirá el impulso, sólo si el collar se ajusta con firmeza al cuerpo del perro. Pero si hacen falta grandes conocimientos sobre conducta canina y sobre el perro objeto del trabajo. Hay que trabajar pensando lo que se va hacer y no dedicarse a machacar al perro. Hay que estudiar todas las variables: Cuantas sesiones, en qué lugares, con qué intensidad, qué intervalos de tiempo tiene que haber entre las distintas sesiones, en qué momento accionar el mando, con qué ritmo, en qué estadio de la vida del perro. Todas estas cuestiones y más, en función de la raza, tipo de pelo ya que cada individuo posee un nivel de conductividad distinto, el impulso le causará una menor o mayor molestia, independientemente del nivel de potencia a que se regule el dispositivo.

 

USO DE LA VALLA ELECTRICA.

El aprovechamiento que posibilita el uso de un pastor eléctrico, irá en función de nuestros conocimientos sobre este "tipo" de corriente.

Los manitas pueden resolver por si solos los montajes más elementales, como por ejemplo, la colocación de los hilos para que el perro evite romper el seto, o el acceso a la piscina o incluso salvar con un solo dispositivo distintas áreas de césped discontinuas en un mismo chalet.

Para un mayor aprovechamiento, debe aumentar sus conocimientos: tener claro el concepto de masa, dónde encontrar una buena masa, cómo fabricar una masa, cómo simplificar la instalación, cómo realizar una instalación sin comprar postes, cómo realizar una instalación en lugares intermitentes, etc.

Ahora bien, para diseñar una valla con determinados aislantes, como pasar la alta tensión de un punto a otro aunque toque el suelo o vegetación, y cómo sacar mayor provecho al dispositivo de nuestra elección, si es conveniente asistir a cursos de información.

El perro aprende a modificar su conducta sin traumas de ningún tipo, ya que se auto produce el castigo. Se da cuenta de lo que pasa: si cualquier parte de mi cuerpo toca esos hilos recibo un impulso desagradable, luego deduce que debe evitar tocar, se aparta y asunto resuelto.

Algunos perros veteranos en la convivencia con el pastor eléctrico llegan a aprender a oler el ozono que se desprende de los hilos por estar en contacto con la atmósfera, cruzando los hilos si no están conectados; su tendencia a traspasar el umbral va en función de lo interesante que sea lo que hay al otro lado de la instalación.

 

USO DEL DISPOSITIVO CON HILOS

Se puede utilizar como pastor eléctrico y también como el de vía radio, con la diferencia de que el impulso lo proporciona el objeto o sustancia que queremos que el perro no toque, recibiendo el impulso el punto del cuerpo del perro que establece el contactado. También se puede aplicar, con el perro atado, en el cuello del perro a través del collar convencional pulsando nosotros el botón de mando. Se necesitan para su aplicación en unos temas conocimientos de conducta y en otros casos conocimientos de electricidad, además requiere la confección de elementos que se convierten en condicionantes contra las conductas indeseables del perro, dejando libre el dispositivo para otras aplicaciones. Según el dispositivo elegido, también se puede generar ozono, en cantidades aprovechables para la higiene, por su poder oxidante, en perreras.

 

CONSEJOS ELEMENTALES.

Sobre el tema de la conducta canina, entre los conocimientos mínimos imprescindibles antes de actuar, podríamos citar los siguientes:

  • No trabajar con cachorros, ya que por su naturaleza exploratoria aunque se lleven un susto volverán a repetir ya que consideran que su nueva vida está llena de sorpresa y el dolor físico no es grande.

  • No menospreciar las dotes de observación del perro, cualquier detalle puede actuar como condicionante, haciéndole recelar en prácticas posteriores.

  • Al perro hay que darle una conducta alternativa para que cuando reduzcamos la probabilidad de que vuelva a las andadas, tenga una solución que reduzca su ansiedad.

  • Es conveniente que el castigo se produzca de la forma más indirecta posible, sin manifestarnos nosotros con frases como: No pases o no toques eso.

Un sinfín de cuestiones que mejor saberlas antes de actuar que lamentar errores de muy difícil rectificación.

 

PROS Y CONTRAS DE LOS SISTEMAS VIA RADIO.

Ventajas.

  • Gran alcance: existen distintos modelos según sus características de alcance desde los 50 metros hasta casi los 2Km.

  • Gran comodidad: Sólo necesitamos llevar el emisor, de reducido tamaño, en nuestras manos.

  • Posibilidad de regular la potencia del impulso.

Inconvenientes.

  • El perro no sabe por qué recibe el impulso eléctrico ni de donde viene. Así pues no sabemos la respuesta que va a realizar. Pero siempre es de evitación o escape pero ¿hacia dónde? Hay que ayudarle a que encuentre la respuesta correcta sin que se bloquee su mente.

  • No podemos predecir lo que va a entender el perro cuando reciba el impulso eléctrico en el cuello.

  • Cuanto más se usa, más pronto el perro aprende, a que cuando lleve el collar eléctrico, debe comportarse de la forma requerida por nosotros, pero cuando no lo lleva, vuelve a las andadas, por eso se vende junto a un simulador. Los profesionales del trabajo deportivo que pretenden usarlo en el adiestramiento de su perro, ya se lo colocan de cachorro, aunque no lo usen, para que el perro no pueda relacionar el origen de la procedencia del impulso.

    Con el uso, algunos perros, llegan a distinguir cuándo el receptor esta conectado y cuando apagado.

  • Exige grandes conocimientos y experiencia, los sistemas eléctricos son de máxima eficacia, luego nuestros errores son de muy difícil rectificación.

  • Tiene que ser activado por nosotros, por lo que sólo se pueden solucionar los problemas cuando estamos presentes.

  • Su simple colocación en el perro, puede producir si se ha empleado alguna vez, muy pocas, incorrectamente, estrés y un determinado estado emocional, visibles. Para evitar este inconveniente, los fabricantes recomiendan lo colocación del dispositivo para ir a jugar con el perro y después pasar a la acción de penalizar las conductas indeseables.

 

Anécdotas

Tres anécdotas, de novato, nos ilustrarán sobre los inconvenientes anteriormente descritos:

1.

Laika, era una Siberian Husky de un año de edad, que presentaba el inconveniente, que a veces al salir de paseo por el campo, libre de la correa, si se alejaba más de 100 metros, cuando su dueño la llamaba ella lo miraba, pero echaba a correr en dirección contraria hasta que decidía volver, pasada la media hora.

Laika acudía con prontitud y alegría, presentándose sentada a su dueño, sin ordenarle, Sitz, cuando las distancias de acudir a la llamada eran aproximadamente inferiores a los 100 metros de separación. Venía siempre a la primera, incluso con distracciones.

Se optó por colocarle un dispositivo vía radio, en el cuello, para enseñarle que debía permanecer atenta a su dueño, incluso en largas distancias. Se la liberó en el campo en diversas ocasiones y el día que se alejó, al ser llamada, optó por evadirse. Inmediatamente fue penalizada con un impulso eléctrico ¿qué hizo la chica? ¿Venir? Ojalá. Optó por acostarse, con expresión de desorientación. Se insistió en la llamada no venía, recibió otro tac del dispositivo. Permaneció inmóvil en el suelo. Se tuvo que ir a recoger. A partir de entonces siempre que era llamada y llevaba el dispositivo puesto, se acostaba. Cuando no lo llevaba a los 100 metros de separación del guía, fallaba en acudir y si se le llamaba corría más y tarda más en regresar al lado del dueño.

¿Cuál fue el fallo? ¿Demasiada potencia para la conductividad de ese perro? ¿Por qué en vez de orientar sus orejas con sorpresa y buscar al dueño, se acostó? ¿Quizá era una perra, que cuando tenía problemas, los solucionaba acostándose?

2.

NERON, era un pastor alemán de 1 años, simpático y juguetón. Lo llevaron a escuela por que tenía la mala costumbre de chupar las meadas de otros congéneres igual machos que hembras, con fruición. Se le llenaba la cara de espuma blanca y babeaba, vaya una cochinada. Un buen trabajo de obediencia consiguió que atado con la correa o libre pero al lado del dueño, ignorase por completo los orines de otros canes. Sin embargo, al liberarle de la correa, en los paseos por el campo o la ciudad, cuando se separaba unos metros del lado del dueño, volvía a las andadas. Se le puso el collar eléctrico y esquina que chupaba impulso que recibía en su cuello. A la semana había aprendido, muy bien la lección: cuando iba por la ciudad, al llegar a una esquina, se apartaba rodeándola, huía con suavidad, sin espamientos. Pero cuando encontraba orines fuera de las esquinas, los chupaba con mayor ansia que en la etapa inicial. Había aprendido que no debía pasar cerca de las esquinas, pero no había aprendido aquello que interesaba enseñarle: ¡eso no se lame! ¿Debía de haberse previsto esa asociación impulso=esquina? ¿Podría continuarse trabajando al perro con el dispositivo, ahora, en los pipís en campo abierto?

3.

Por último, el caso de Yako, un macho de pastor alemán, con una línea de sangre antigua, de los años 60. La propietaria lamentaba el mal comportamiento de su perro cuando se tropezaba con otro congénere de pequeño tamaño, ya que salía disparado y sin preguntarle el sexo al que pertenecía, hacía presa sacudiéndole como si fuera un trapo, hasta que su dueña a duras penas conseguía que Yako la escuchase y soltase al infeliz vapuleado. Inició el tratamiento después de haber presentado esta conducta en tres ocasiones en lugares y con perros distintos. Recibió un curso de educación básica para ir por la calle y aprendió a soltar a la primera voz de su dueña, pelotas y juguetes que eran santo de su devoción. Ahora bien, cuando se encontraba libre de ataduras, si se cruzaba otro perro en su camino, salía como en un ataque lanzado.

La utilización del dispositivo vía radio, produjo el efecto contrario, si bien se pudo conseguir que no mordiese al otro perro en la primera práctica la impresión que daba el perro era de creerse que el impulso eléctrico lo causaba la presencia del otro perro y no la ejecución del hecho de atacar a otros canes. Por lo que se desistió del uso del tak, ante el aumento en la respuesta agresiva tanto en intensidad como en motivación.

No es mi intención, decir, que los dispositivos vía radio no tienen éxito en la modificación de la conducta de los cánidos, pero si indicar que la aplicación del tratamiento, conlleva tantas posibles respuestas de nuestro amigo de 4 patas, que considero muy difícil prever sus reacciones. Seguro que a otros profesionales, en sus inicios, les han acontecido experiencias curiosas.

 

PROS Y CONTRAS DEL PASTOR ELECTRICO.

El pastor eléctrico o valla eléctrica, su cometido como tal, lo resuelve a la perfección, usándose principalmente en el campo o chalet.

Ventajas.

  • Se pueden aislar setos de jardines o zonas determinadas con un sistema eficaz y económico.

  • El perro no se traumatiza ya que el impulso eléctrico se lo provoca él mismo al establecer contacto con los hilos. Es consciente de lo que pasa: el tocar esos hilos produce una desagradable sensación y para algunos perros tan extraña e increíble que al instante vuelven a repetir, con la intención de investigar qué es eso. A partir de los primeros contactos con los hilos, el perro evitará el acercarse a la zona, a los 3 días es posible que lo vuelva a intentar, pero después ya se paseará tan feliz al lado de los alambres, aunque no intentará cruzar su umbral.

  • No produce secuelas físicas, es un pinchazo, ni de comportamiento ya que continuará acercándose a la zona, pero no querrá traspasarla. Incluso hay perros, que tras años de haber quitado los hilos, no se han atrevido a superar el umbral de separación de zonas delimitadas, en épocas anteriores, por la valla de impulsos.

Inconvenientes.

  • Los pastores eléctricos han sido diseñados para ganadería, desde aves de corral a toros de lidia. Cualquier dispositivo no ofrecerá las debidas garantías de eficacia para nuestro perro, que dicho de paso, podría ser de razas tan distintas, por la textura de su pelo y tamaño, como desde un fox-terrier a un Dogo Alemán.

  • Son equipos relativamente pesados y ofrecen poca movilidad si optamos por utilizarlos con batería y de paseo.

  • La alta tensión que recorre los hilos del cercado, se "escapa" buscando masa, con gran facilidad, por lo que debemos vigilar perfectamente su buen aislamiento.

  • Sin unos mínimos conocimientos adecuados tanto técnicos, ya que el perro en su primer tropiezo puede llevar al traste nuestra instalación, como de conducta canina, ¿cuándo podemos desconectar el dispositivo y situarlo en otro lugar que también nos interese, dejando sin protección la zona inicial? No se le puede sacar todo el provecho a la inversión que hacemos al comprar el dispositivo.

  • El perro tiene el poder de generalizar, hecho que puede ser una ventaja ya que el perro puede evitar traspasar unos hilos que nunca han tenido tensión, o la desventaja de evitar cruzarlos cuando realice un trabajo de búsqueda en escombros como perro de Salvamento.

Anécdota

Tayson, un dogo canario de 2 años tenía obsesión por el huertecillo de su dueño, que no soportaba como día tras día eran pisoteadas, habas, lechugas y acelgas, que ha modo de hobby cultivaba en la parte trasera del chalet su propietario. Se colocó un pastor electrónico, separando el huerto del resto del jardín, pero debido a las altas hierbas y la motivación de Tayson por corretear por el campito regado, se colaba por debajo de la valla, sin miedo.

¿Qué hacer, pues? Colocar a modo de flecos unos hilos que colgasen del hilo conductor, evitando la posibilidad de que el perro pasase por debajo.

Ante la falta de recursos o resistencia del dueño a mostrar más la evidencia del hilo conductor, se optó utilizar el siguiente método: mientras el dueño invitaba al dogo a pasar por debajo de los hilos, por el lugar que el perro tendía a cruzar, un familiar mantenía la alambrada en alto favoreciendo la entrada del perro, que se llevó una desagradable sorpresa a la vuelta, ya que cuando intentó traspasar el umbral por debajo, el familiar soltó el hilo que tocó el torso de Tayson que reculó y se dejó el asunto para siempre. Puede que pensara que ese hilo, se podía mover, mientras él intentaba no tocarlo, pasando por debajo.

Cada perro tiene una naturaleza y una forma de ser, según sus características y la motivación que tenga por lo que existe al otro lado de la valla, así pues pueden presentarse intentos de burlarla o traspasarla obligándonos a discurrir como aumentar la potencia o realizar mejor la cobertura de todos los puntos.

 

PROS Y CONTRAS DE LOS SISTEMAS CON HILOS.

Ventajas.

  • El perro no sufre desconcierto, acierta a la primera con la respuesta, porque lo que da el impulso es eso que toca y le da en la parte del cuerpo que toca: en las manos, boca o cuerpo.

  • En el caso de recibir el impulso en el cuello, lo recibe con un collar de uso corriente, con lo cual ese collar actúa como condicionante y no hace falta llevar siempre el aparato.

  • Se puede activar el dispositivo estando presentes en el momento adecuado y controlando la reacción del perro; y dejarlo en marcha cuando nos vamos, para que no pueda asociar su acción con nuestra presencia.

  • Un mismo dispositivo tiene múltiples aplicaciones ya que el condicionante de la conducta del perro no es el aparato sino el elemento le dio el impulso y que permanece en el lugar, dejando libre el dispositivo para actuar en otras cuestiones.

Inconvenientes.

  • La construcción de los periféricos que aunque de coste económico ridículo, requiere dosis de ingenio y conocimientos en su conexión.

  • El tener que utilizar hilos, siempre es un elemento que el perro tiene en cuenta, aunque a veces, esto es una ventaja.

  • Cuando se usa como pastor eléctrico, los mismos.

 

Anécdotas

De Zaragoza a Valencia, vino DUC, un schnauzer gigante ladrando sin parar. Su dueño quería quitarle esa costumbre y de paso adiestrarlo en obediencia con internamiento, con una condición: si no se le modificaba la conducta ladradora no pensaba ni pagar ni volvérselo llevar a casa. A los 20 días comprobó mediante visita sorpresa, que su perro subiera al coche suyo o del adiestrador permanecía mudo y quieto, relajado. El perro permaneció internado hasta los 45 días para terminar su periodo de adiestramiento básico y de paso dejar transcurrir el tiempo por si volvía a presentar ladridos. Llegó el día de la entrega y vino toda la familia, DUC subió detrás y fue atado, conforme a su preparación. (al perro se le redujo el ladrido a través del collar de ahorque con un impulso cuando ladraba, por lo cual cuando subía a un coche y se le ataba, permanecía mudo). Subieron primero los hijos, el perro mudo, subió el padre y puso el coche en marcha, el perro mudo. Cuando subió la madre, empezó el jaleo: empezó a ladrar como antaño. Se le vendió el dispositivo al dueño, apretó el botón cuando empezó ladrar al subir su mujer, calló al instante y todavía vive en Zaragoza.

En este caso, la causa aparente era el hecho de ir en coche lo que provocaba la conducta del perro, sin embargo la causa real era la presencia de una persona concreta. ¿Quién se lo podía imaginar?

 

CONCLUSIÓN

Los dispositivos no fallan pero los hechos que concurren en cada caso son de difícil predicción, sólo la experiencia nos puede dar algo de criterio en la modificación de conductas.

Pascual Boronat.

Especialista en Conducta Canina.

 

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